Es inevitable, caminas tranquilamente por el mall y te encuentras esquivando a un grupo de personas atónitas frente al aparador de una tienda de televisiones, completamente absortos de los monitores acomodandose entre ellos para no estorbar la visión de otros a la distancia...Pero ¿qué es lo que ven con tanto interés?
Hay dos opciones, la primera es la repetición del concurso Miss Universo, en el momento justo en que nombran a Miss Filipinas. Aún sabiendo el desenlace, se ven interesados y una vez anunciado su lugar en el certamen, la gente sigue su camino o regresa a sus actividades diarias.
La segunda opción es la interminable repetición de las peleas de Manny Pacquiao, si, una y otra vez, nunca falla, la gente observa con atención y se queda hasta el final de la pelea. No es como si fuera la única oportunidad de verla ya que más tarde volverán a pasarla en el mismo aparador.
Por mi parte, cada que paso y veo a la gente y la pantalla de la televisión no puedo evitar checar a cual Mexicano Manny le pone una de Santo Cristo.
Más allá de todo, puedo ver en las caras y miradas de la gente esa necesidad, eso que crece en orgullo, en reconocimiento.
Son estas no tan pequeñas cosas que buscan su lugar en la identidad Filipina.
Por ahora todas las tiendas son decoración de halloween con música navideña, ventas de descuento, locura total.
Aunque sé que el día de muertos se festeja aquí, no he visto una sola señal, adorno o mención de tal celebración.
Hay dos opciones, la primera es la repetición del concurso Miss Universo, en el momento justo en que nombran a Miss Filipinas. Aún sabiendo el desenlace, se ven interesados y una vez anunciado su lugar en el certamen, la gente sigue su camino o regresa a sus actividades diarias.
La segunda opción es la interminable repetición de las peleas de Manny Pacquiao, si, una y otra vez, nunca falla, la gente observa con atención y se queda hasta el final de la pelea. No es como si fuera la única oportunidad de verla ya que más tarde volverán a pasarla en el mismo aparador.
Por mi parte, cada que paso y veo a la gente y la pantalla de la televisión no puedo evitar checar a cual Mexicano Manny le pone una de Santo Cristo.
Más allá de todo, puedo ver en las caras y miradas de la gente esa necesidad, eso que crece en orgullo, en reconocimiento.
Son estas no tan pequeñas cosas que buscan su lugar en la identidad Filipina.
Por ahora todas las tiendas son decoración de halloween con música navideña, ventas de descuento, locura total.
Aunque sé que el día de muertos se festeja aquí, no he visto una sola señal, adorno o mención de tal celebración.
